Organización Mundial de la Salud

El Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS, por sus siglas en inglés) se ha reunido para examinar la información y los datos disponibles sobre los casos de tromboembolias (coágulos sanguíneos) y trombocitopenia (baja concentración de plaquetas) notificados tras la administración de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19.

Tras haber realizado un examen científico exhaustivo de la información disponible, el subcomité ha emitido las siguientes conclusiones y recomendaciones:

Los beneficios que aporta la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 continúan siendo superiores a los riesgos a que expone. Esta vacuna tiene un enorme potencial de prevención de la infección por el SARS-CoV-2 y de reducción de la mortalidad en todo el mundo.

De acuerdo con los datos disponibles, la administración de vacunas contra la COVID-19 no da lugar a un aumento global de trastornos relacionados con la coagulación, como la trombosis venosa profunda o la embolia pulmonar. Las tasas notificadas de tromboembolias tras la administración de estas vacunas se corresponden con la cifra esperada de diagnósticos de estos trastornos, que ocurren de forma natural y no son infrecuentes, además de poder ser consecuencia de la propia COVID-19. Las tasas observadas de estos eventos han sido inferiores a las esperadas.

El Comité Consultivo para la Determinación del Riesgo en Farmacovigilancia de la Agencia Europea de Medicamentos ha examinado 18 casos de trombosis de senos venosos cerebrales registrados tras más de 20 millones de vacunaciones con la vacuna de AstraZeneca en Europa; por el momento, no se ha concluido que exista una relación causa-efecto.

El subcomité del GACVS recomienda a todos los países que continúen haciendo un seguimiento de la inocuidad de todas las vacunas contra la COVID-19 y que fomenten la notificación de presuntos efectos adversos.

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