La Vanguardia
La periodista Sol Carreras del diario La Vanguardia ha hablado con uno de los sacerdotes sustitutos, Ignacio.
A continuación reproducimos el texto en el que se hace mención a él.
“Es profesor en la universidad eclesiástica San Dámaso, compagina las clases online con su acompañamiento a pacientes en el hospital San Francisco de Asís de Madrid.
Sustituye al anterior capellán, un sacerdote anciano para el que no era recomendable seguir acudiendo a este hospital privado, dedicado casi en su totalidad a atender a enfermos con Covid-19.
“Se respira mucha humanidad en estos días y también dolor”, comenta Ignacio, dolido al ver a los enfermos que están solos en sus habitaciones, pero también conmovido por el trabajo de los profesionales sanitarios que están “dejándose la piel”.
Se turna con otro sacerdote, por lo que va cada dos días y pasa una media de cuatro horas visitando unas 30 habitaciones con su “disfraz de astronauta”.
Así llama al equipo de protección individual que lleva puesto todo el tiempo, que incluye doble guante y una máscara con la palabra “sacerdote” impresa en un papel a la altura de la frente.
“Se nos recomienda no tocar a pacientes. Ellos lo entienden y nosotros también, pero a veces es imposible porque el enfermo me coge la mano”, confiesa.
Estos contactos físicos ocasionales, las miradas y la escucha hacen posible la “cercanía” con los enfermos, la mayoría de ellos creyentes que quieren comulgar o simplemente charlar sobre sus vidas o el sentido la muerte.
En los casos de los pacientes más graves, como los que están intubados en la UCI, son las propias familias las que piden que Ignacio les haga una visita para imponerles el sacramento de la unción.
“Vivimos como si fuéramos inmortales. En estos días sale a la luz la mezquindad que somos, somos nada. Ves la decrepitud de las personas pero a la vez la dignidad humana de alguien que hace memoria de su historia, sufre, se alegra, pide perdón”, reflexiona Ignacio, que vive cada alta como una “resurrección”.
En el reportaje titulado Una Semana Santa de dolor y Esperanza, Carreras entrevista también a José Pablo, sacerdote en la Morgue del Palacio de Hielo, y a Pilar, responsables del teléfono de Cáritas contra la soledad.